LA GACETA | Miércoles 20 de marzo de 2024
“El infierno
perfecto” está a la vuelta de la esquina
En la primera novela de Víctor Hugo Cortés el protagonismo de Tucumán es absoluto. En ese caldero se cuece un policial de pleno realismo.
EL AUTOR. Cortés es un reconocido
dramaturgo. “El infierno perfecto” empezó a tomar forma en pandemia.
Hay un Tucumán cercano, palpable,
reconocible desde la primera página de “El infierno perfecto”. La provincia -su
historia, sus rincones, sus personajes- es protagonista central de la novela
de Víctor Hugo Cortés. Se trata de la primera incursión de Cortés
en este campo, al cabo de una vida artística identificada con el quehacer
teatral. Publicado por la editorial La Papa, “El infierno perfecto” respeta los
lineamientos del policial clásico, sucio y duro; a la vez bordea elementos de
la crónica periodística y no deja de servirse de la turbulenta actualidad
tucumana para alimentar el realismo de su puesta en escena. En la charla con LA
GACETA, el autor explica en detalle los cómo y los por qué de este libro, una
de las primeras novedades editoriales independientes de la temporada.
- Publicás tu primera novela al cabo de un
largo camino recorrido en el teatro. ¿A qué se debió la espera?
- Siempre escribí. A los 24 años gané el
primer premio en un concurso regional de cuentos en Santiago con “Un viaje por
el espacio”, que versioné para el teatro como “Un poquito más arriba”. A partir
de ahí le encontré gustito a lo teatral y seguí el camino. De modo que podría
decirse que, contra lo que se piensa, de la narrativa pasé a la dramaturgia. El
tiempo para la novela me lo brindó la pandemia: años en los que produje “El
infierno perfecto” y dos piezas teatrales: “Cuestionario Proust”, que fue galardonada
en un concurso nacional organizado por La Pampa y que se estrenó el año pasado,
y “El ausente”, sobre la vida y las ideas de Juan Bautista Alberdi que ya
presentamos en versión semimontada y se estrena oficialmente en mayo de este
año.
- ¿Cómo se produce el tránsito del
dramaturgo al novelista? ¿Qué te jugó a favor y qué desafíos encontraste en el
proceso de escritura?
- He abordado y experimentado diversos
estilos de escritura: desde la narrativa al poema; desde el guion televisivo al
musical; pero es como dramaturgo donde me siento a mis anchas. La novela
demanda tiempo y paciencia. Y mucho esfuerzo en investigar y documentarse sobre
los temas que se van abordando. Escribir “El infierno perfecto” me llevó dos
años y otro más de reescritura y correcciones. En mi caso, sin embargo, la
transición de la dramaturgia a la narrativa no fue directa: partí de mi propio
guión de “Tucumanos”, un ciclo de ocho unitarios de ficción que escribí y
dirigí en 2004 y se emitió por la pantalla de Canal 10. Me basé en la
estructura de pequeñas historias que se van entrelazando e integrando a una
mayor. Solo tomé algunos personajes, acaso los más interesantes. Los desarrollé
y les amplié el itinerario. En una novela podés darte el lujo de entrar en
detalles, sin importar los tiempos televisivos.
- Junto al título (“El infierno perfecto”)
la edición indica: “novela policial tucumana”. ¿Cómo definirías esta suerte de
subgénero?
- Lo discutimos con mi editor: queríamos
que en algún lugar se explicitara que la novela hablaba de Tucumán. Por otra
parte, amo todo lo relacionado con la novela negra -Doyle, Christie, Chandler-,
las películas de detectives -Marlowe, Poirot, Carvalho- y el teatro donde se
plantea una intriga, al estilo “El cuarto de Verónica”. Lo de “novela policial
tucumana” más que un subtítulo informativo o calificativo es una advertencia
dirigida al posible lector; un anticipo que sugiere que desde la primera página
del libro va a adentrarse en un universo cercano, reconocible, para ver y
repensar cosas que pasan y sobre las que tal vez nunca reflexionó. Todo muy
nuestro. Por eso, a modo de ejemplo, en la cinematográfica persecución de autos
del capítulo tres no se escucha de fondo una banda de sonido “a lo Hollywood”,
sino la inefable “Pollera amarilla”, de Gladys, La Bomba Tucumana.
- Aparecen infinidad de personajes,
lugares y episodios que hacen al Tucumán de los últimos 20 años. Muchos ligados
con la política y el sistema judicial. ¿Sentís que a la vez se cuelan fuertes
elementos de crónica en el texto?
- Definitivamente. Acaso por mi raudo paso
por el periodismo, como cronista de La Tarde, el vespertino que LA GACETA
publicó en los 80. Datos históricos, periodísticos, estadísticos y hasta
curiosidades poco conocidas de la provincia surten las páginas del libro. “El
infierno perfecto” es una obra de ficción, pero con referencias históricas
-algunas anacrónicas- y muchos personajes reales. Una suerte de ficción
especulativa: imaginar -y escribir- “que hubiese pasado si...”. La ciudad
capital y, por extensión, la provincia toda, resulta ser un personaje
fundamental de mi novela. Caótico, febril, peligroso, pero personaje al fin.
- Entre esas figuras de la cultura popular
asoma Eduardo Perrone. ¿Encontrás en “El infierno perfecto” puntos de contacto
con el realismo de su obra literaria?
- Leí “Preso común” de Perrone, siendo un
adolescente y considero que la crudeza y el realismo de esas líneas me
inspiraron y aún lo hacen. Es innegable que esa suerte de escritura maldita,
que también cultivaron Roberto Arlt y Charles Bukowski,
estimula y fascina. Les rendí homenaje con mis obras de teatro “Buk (un retrato
de Charles Bukowski)”, inmortalmente interpretada por el querido Alberto
Benegas, y “Roberto el cruel”, que acaba de publicar el Instituto Nacional
de Teatro bajo el título de “Grandes autores en grandes reescrituras
escénicas”.
- ¿Sentís que realmente Tucumán es un
infierno? ¿O quedan espacios para una redención social?
- Siempre viví en Tucumán. Sin embargo, he
viajado mucho y he podido contrastar mi provincia natal con otras comunidades,
otras latitudes, otras culturas. En la comparación salimos perdidosos. Tenemos
los mejores paisajes, pero los contaminamos, los saturamos o, peor, los
desaprovechamos; tenemos mucha gente buena, capacitada y talentosa opacada por
los malos, inútiles y sin talento; tenemos de todo, como en botica, pero pocas
cosas funcionan bien. Como ciudadanos nos falta tolerancia, más empatía:
ponernos en el lugar del otro, respetarlo. A mí, como a muchos, Tucumán nos
seduce y nos atormenta; nos atrae y nos expulsa por igual. ¿Si hay redención?
Claro que sí. La cultura, por ejemplo, es una herramienta poderosísima, que
debemos aprovechar.
Presentación: la cita es en la Casa Museo de la Ciudad
La presentación de “El infierno perfecto”
tendrá lugar hoy a las 20.30 en la Casa Museo de la Ciudad (Salta 532).
Acompañarán a Víctor Hugo Cortés los también escritores Pablo Donzelli y Pablo
Toblli, de editorial La Papa. Luciano Cortés tendrá a su cargo la lectura de un
fragmento del libro y se presentará un book trailer editado por la fotógrafa
Paloma Cortés Ayusa. La velada cerrará con música y la actuación de Pancho
Santamarina, Carla Guzmán, Andrea Moreno Prado y Grillo Córdoba. El autor
(1957, nacido en Tucumán), es escritor, dramaturgo, actor y director de teatro,
y a lo largo de su carrera recibió numerosas distinciones nacionales.